Madera de Lináloe, Olinalá Guerrero.
En las montañas de Guerrero vive una especie de árbol emblemático de la región, de corteza gris rojizo llamado Lináloe. El Lináloe es un árbol de más de 5 metros con hojas de 6 a 12 centímetros, que desde su interior desprende una fragancia con aroma dulce.
Este majestuoso paisaje montañoso guarda la historia del árbol de Lináloe y la de un pueblo y una comunidad que han trascendido al tiempo.
Montañas de Guerrero
Arco de entrada a Olinalá, Guerrero.
Olinalá «lugar de temblores» por su origen en lengua náhuatl, ubicado al oriente de Guerrero, sus orígenes datan de épocas prehispánicas, así como de la fusión de sus costumbres y saberes con las culturas de los conquistadores en la época de la Nueva España.
La relación de Olinalá y el árbol de Lináloe se entrelazan desde hace cientos de años, gracias a la producción local de cajas y baúles de madera, proceso que a pasado por generaciones. Estás artesanías son comúnmente conocidas como «las cajitas de Olinalá».
Conjunto de Cajitas de Olinalá.
Artesano sosteniendo cajita de Olinalá
Para la elaboración de una «cajita de Olinalá», se utiliza la madera del Lináloe, la cual lleva varios procesos que son trabajados por diferentes Artesanos, empezando por la selección de la madera y el armado de las cajitas, posteriormente la implementación de los colores y el decorado, culminando con una pieza de una alta calidad estética.
En la madera de Lináloe se puede ver unas manchas oscuras que le dan una apariencia marmoleada, esta le brinda un aroma dulce que se puede sentir al abrir una cajita de Olinalá.
Madera de Lináloe marmoleada.
Pieza lista para laqueado
El trabajo de carpintería se hace de una manera muy minuciosa, hasta llegar a una pieza perfectamente lisa y poder realizar el proceso de «laqueado».
El «laqueado» es el momento donde la artesana o el artesano con su mano barnizan la superficie de la madera, al llegar a un punto donde la textura queda uniforme y se obtenga un brillo natural gracias al «tecoxtle» y al aceite de chía
Todos los elementos y minerales que se utilizan provienen de la tierra, desde el «toctetl» (piedra dolomita) y el «nanche» (carbón de encino), hasta los pigmentos que se obtienen de la grana cochinilla o el zompantle. Estos se muelen en un metate hasta obtener un talco fácil de manipular.
Proceso de laqueado
Minerales y pigmentos
Molienda en metate
Toctetl
Con una espina de maguey incrustada en una pluma de guajolote se elabora el «rayado», que consiste en realizar incisiones en la laca. Cada artista tiene su propio estilo, aunque las figuras más utilizadas son la flora y fauna de la región.
Pluma de guajolote con punta de pelo de gato.
Proceso de rayado.
Rayado con flora y fauna de la región.
La artesanía de Olinalá incluye a menudo la incrustación de metales preciosos como la hoja de oro de 24 quilates, esta se coloca con mucha delicadeza con el apoyo de varias herramientas. La hoja de oro descansa sobre un colchón de «pomázo» hecho de pelo de venado, para después ser manipulada por un cuchillo de plata y ser levanta y colocada sobre la cajita con ayuda de una pestaña hecha de pelo de oso o ardilla.
Herramientas para metales preciosos.
Proceso del dorado o pintado.
La última parte es el «dorado» o pintado, el cual se lleva acabo usando pinceles hechos de pluma de guajolote en cuya punta va insertado un pelo de gato. Gracias a ello se pueden pintar con una técnica muy fina y hacer figuras con mucho detalle. Se utilizan polvos de pigmentos naturales mezclados con «sisa» para así obtener la pintura. Cada artista tiene su estilo propio, aunque las flores suelen ser el motivo más frecuente.
Este proceso artesanal se puede aplicar también a otros objetos o muebles como son charolas, joyeros, biombos, cabeceras para cama, sillas, marcos para espejos y cuadros, cruces religiosas, tecomates, etc.
El origen de esta técnica se remonta a más de miles de años, desde la antigua Mesoamérica pero que ha ido evolucionado e innovándose debido a la influencia de Medio Oriente y Europa en la época colonial.
Las cajitas de Olinalá llevan en su interior no solo objetos, llevan consigo la tradición, la historia y una relación de la tierra con todo un pueblo.
Guerrero es una cajita pintada en Olinalá, abre pronto la cajita, ábrela pronto, ábrela»
Canción del autor Antonio I. Delgado
Director. Bernardo Rosendo Ponce
Lic. Anely Andreu Rivera
Artesanos
Victor Escudero Mejia
Rosalia Garcia Bruno
Edwin Ruíz Ventura
Francisco Coronel Rendon
Instituto de Capacitación para el Trabajo de Olinalá, Guerrero
Referencias:
https://ibero.mx/campus/publicaciones/enelcamino/pdf/Rescatando_y_protegiendo_la_artesania_de_Olinala.pdf
http://www.olinala.gob.mx/Historia
https://www.adncultura.org/linaloe-el-aroma-de-guerrero
http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4735485&fecha=05/09/1994
https://www.muyinteresante.es/naturaleza/articulo/asi-se-mueve-la-savia-de-los-arboles